martes, 19 de junio de 2007

”Fraude en Grant Houter” de Germán Urdangaray

Esa mañana era muy fría, yo, como de costumbre, me levantaba muy temprano, desayunaba mi sofisticada medialuna con mi monótono matecocido y repasaba el diario, la sección de clasificados, especialmente, ya que andaba en búsqueda de un empleo. En la página quince de “El informador” advertí un recuadro que se titulaba “Juan Pedro Morales de la calle Aragón al 1700 del número 34”. Era mi nombre, mi apellido y mi dirección. Sorprendido por esto decidí dirigirme a las oficinas generales del periódico.
Faltaban escasos metros cuando observé en el parabrisas de un automóvil que una persona de anteojos oscuros y campera de cuero me estaba siguiendo. Por su forma de caminar, su forma de vestir deduje al instante que ese individuo traía un arma consigo. Tal vez era un agente de policía, hipótesis que deseché al observar que en la solapa derecha de su camisa marrón portaba una estrella plateada, identificación de un agente de la AID.
Me atreví a enfrentarlo cara a cara. Me coloqué tras una ligustrina y lo embosqué.
- ¿Agente Pedro Morales de la AID?, supongo -me dijo secamente.
- Sí, respondí temeroso. Yo años atrás trabajé como detective criminológico para la Agencia Internacional de Delitos, ¿a qué se debe esa pregunta?
- Sí, soy el agente Mauricio Torres de la AID, lo necesitamos.
Luego de estas palabras sentí un fuerte puntazo en el cuello, y después de eso no recuerdo nada, creo que caí en un profundo sueño….

Luego de lo que acabo de contar, aquí estoy, exijo una respuesta
- ¿Qué diablos hago aquí?
- Sr. Morales, la situación es muy compleja y delicada: la hija del Sr. Presidente ha sido secuestrada.
- ¿Secuestrada?, pregunté.
- Sí, y no sólo eso: como rescate exigen un cuadro del Museo Nacional, valuado en trescientos millones de dólares.
- ¿Un cuadro?, qué cosa absurda, ¿por qué no pedir el dinero?
- Para eso está usted aquí, para recuperar la hija del ejecutivo.
- Bien, señores. Asumo la responsabilidad del caso, pero con la condición de que las órdenes las doy yo, y el trabajo lo realizaré yo solo en mi departamento.
- Bien, aceptamos sus demandas.

- Iojan observa a ese sujeto en la esquina de Príngales. Está en una actitud muy sospechosa, ¿no lo crees?, nos ha estado observando desde que salimos de la AID. Ahora mismo esta ocultándose detrás de ese automóvil, pero intenta huir, se dio cuenta de que lo descubrimos.
- No, Iojan, no vale la pena seguirlo, es simplemente un observador imparcial en esta maraña de episodios y situaciones, aparte mi situación mental actual me impide que otro tema intervenga en mis decisiones. ¡Ven, subamos!
- Hay algo que no encaja en este rompecabezas, ¿como hizo el secuestrador para dar a conocer sus demandas? ¿Por un llamado telefónico?, lo descarto, estaría grabada la conversación, conozco los métodos de la agencia. ¿Por un intermediario? No lo creo, el malhechor no sería tan idiota para mandar a alguien. Lo que termino deduciendo es que el malhechor se comunicó a través de una carta, pero ¿dónde está la dichosa carta? Si existiese la misma ¿por qué no entregármela? No lo sé, pero lo sabré. Lo de la carta lo dejaremos para después, lo principal es entrevistar a cada sospechoso individualmente. Lo haremos mañana a primera hora. ¡Vamos Iojan! No perdamos tiempo, primero entrevistaremos al ministro del interior.

-¡Buenos días señor!, ¿en que puedo servirle?
- Vengo a ver al Ministro del Interior.
- ¿Tiene sita usted con él?
- No, señorita, aparte no la necesito…
- Pero usted…
- Pero usted nada señorita, infórmele que llegó el agente Pedro Morales. Mientas tanto voy subiendo hasta su oficina.
- ¡Vamos Iojan, acompáñame!
TOCTOC!!
- ¡¡¡Va!!!
- Señor, ¿en que puedo servirle?
- Sr. Ministro, soy de la AID. Necesitaría formularle algunas preguntas sobre el secuestro de la hija del ejecutivo ¿será posible?
- ¿Cómo que cuánto tardaría este discurso?
- ¡Interrogatorio, en todo caso!
- Sí, sí, como usted diga.
- Qué peculiar escultura, ¿pertenece a la cultura bizantina, entre los siglos XIX y XX?
- Sí, exacto.
- Bien ministro, vayamos al punto. ¿Dónde se encontraba el viernes 18 a las 15:30pm?
- A esa hora me encontraba tomando un tequilita con la secretaria del vice en el despacho del presidente.
- Bien señor, dígame, ¿que piensa del secuestro?
- No mucho, deben de ser los mantenidos de la sociedad los culpables del hecho.
- Bueno, muchísimas gracias ministro.

- Iojan, menos mal que te quedaste afuera, ese ámbito te pudo haber deprimido. Ya tenemos un sospechoso menos, ahora nos toca entrevistar a la secretaria del vice. Apresuremos el paso y llegaremos antes de que se “retire de su puesto de trabajo”.
- ¡Mira Iojan la secretaria esta a punto de tomar ese ómnibus!
- ¡Señorita Beatriz! ¡Señorita Beatriz!
- ¡Sí, señor yo soy!, ¿a qué se debe el griterío?
- Soy el agente Pedro Morales de la AID, necesitaría realizarle algunas preguntas.
- ¿Qué vende?¿seguros?¿préstamos? he…
- ¡Cállese un minuto señorita, me está destrozando mis oídos con su palabrería inútil!
- Soy detective y estoy indagando sobre el secuestro de la hija del presidente…
- Ah, sí, me enteré por los periódicos.
- ¿Por los periódicos señorita? ¡Usted es la secretaria del vice, debería estar empapada en el tema!
- ¿Sí?, ¿usted va a decirme cómo realizar mi trabajo? Entonces yo le diré como hacer el suyo, ¿le parece?
- No, perfecto, está en lo cierto, ¡Mire allí viene su ómnibus!! ¡Tómelo!
- Pero, ¿la encuesta?
- No se preocupe por nada, como podría usted…
- ¡Adiós!
- Adiós señorita.
- Una sospechosa menos. Ahora nos queda el señor Toledano, el director del museo. Aún estará en él. Vayamos, pero antes iremos a la AID, a buscar la pieza faltante de nuestro rompecabezas, y tú, Iojan, serás el responsable de conseguirla, escucha: conociendo al coronel, si existiese tal carta la ocultaría en algún manual de su inmensa biblioteca, de seguro en un libro de poco uso, así que la epístola debe de encontrarse en el pequeño libro titulado “Derechos civiles y democracia directa del pueblo”, libro poco utilizado hoy en día.
Coronel. He venido a contarle algunas resoluciones del caso. He entrevistado a la secretaria, al ministro y ahora iba al encuentro del señor Toledano. Aparte quería consultarle sobre si se encuentra algún documento sobre el cuadro que se pide como rescate.
- Sí, lo tenemos, hoy a la tarde se lo enviarán hasta su casa. ¿Le parece?
- Sí, perfecto, con su permiso me retiro.
- Sí, por favor.

- Iojan, vamos, apresurémonos, se nos va a hacer tarde. Este es el museo, entremos. Qué lugar extraño, para una persona normal, ¿no lo crees?
– Discúlpeme señorita, ¿no sabría donde se encuentra el director del museo?
- Sí, siga por este pasillo hasta interceptar las escaleras, súbalas y dirijase hasta las puertas del salón principal del museo, el Grant Houter, allí se encuentra con un detective.
- Gracias, señorita.
- ¿Señor Toledano deduzco?
- Sí, usted será el agente Pedro Morales de la AID ¿deduzco?
- Sí, deduce bien. ¿Podría realizarle algunas preguntas?
- Sí, con gusto se las responderé.
- ¿Qué realizó el día del secuestro?
- Yo me encontraba caminando por la galería principal de la casa de gobierno, precisamente cuando pasaba por la puerta, abierta, de la oficina del vicepresidente me informan que la hija del ejecutivo fue secuestrada. Por lo demás, me encantaría seguir hablando con usted, pero tengo una reunión con un artista, pero si tiene dudas pregúntele a aquel agente que me realizo una serie de interrogatorios.
- Bien, muchas gracias por su tiempo.
- Bien agente, yo me retiro, ¿haría usted el informe por mí? Muchas gracias. ¡Vamos Iojan!

- Qué ocaso tan magnífico, ¿no lo crees? Con él las personas parecen inspirarse, como Newton, que pudo desarrollar la ley de la gravedad. ¿No es increíble?, sí claro que lo es. Sube tu primero. Yo recogeré la correspondencia. Mira el coronel nos envió el informe del ya famoso cuadro. Ahora sí tenemos todas las piezas, empecemos a formular y desechar hipótesis. Primera pieza, las declaraciones, segunda pieza el informe del cuadro, tercera pieza la carta que tú conseguiste en la agencia y cuarta y no menos importante, las pistas recolectadas a ojo y deducción.
- ¡Eureka! Llamemos al coronel.
- Sr. Coronel lo espero mañana a las 15:00 pm en el salón principal del museo, él Grant Houter. Vaya con custodia, adiós.
- Pero….
- ¡Adiós!
- Bien Iojan, lo tenemos en nuestras manos. Vayamos a descansar la mente, mañana la necesitaremos y mucho.

- Iojan, observa la fachada del edificio, es majestuosa. Pertenece al arte gótico. Ala vez si observamos a aquella persona que cree entender al artista, en realidad no comprende la obra si, pero entiende que es gótico: el arte no se entiende, se comprende; sus matices, su inclinación, su perspectiva. El arte habla de los demás, no de sí mismo, entiendes Iojan. El Sr. Presidente cree que secuestraron a su hija, pero en realidad esa es solamente una ornamentación, la decoración de la obra, en realidad el motivo verdadero del secuestro es cubrir algo, el algo se encuentra de fondo en la obra. El coronel ya se encuentra dentro, apresurémonos.
- ¡Coronel!
- Agente Morales.
- Sr. Director, ¿cómo anda?
- Muy bien, ¿por?
- Por nada…
- Señor Coronel, tengo que informarle que el señor Toledano es el responsable de la farsa del secuestro.
- Pero, ¡qué dice vulgo!
- Señor Toledano, cállese. Morales espero que tenga una buena base para sustentar esta acusación.
- Sí, la tengo, escuchen. En primer lugar quisiera tratar el por qué me ocultaron esta carta, no lo supe, pero ahora lo sé. El señor Toledano, como miembro respetado de esta sociedad, influyó a usted para mantener “el secreto hermético”, usted lo respeto y me la ocultó. Y yo tuve que recurrir a métodos de poca aprobación para conseguirla. Una vez que tuve la carta en mis manos, deduje que estaba escrita con el papel más fino de una papelería, su caligrafía era perfecta, en síntesis, los papeles que utilizan los ejecutivos del museo, la caligrafía de una persona leída, viajada. Segundo punto el descarte de sospechosos: el ministro del interior es muy vulgar, y en el momento del secuestro mantenía un affaire con la secretaria del vice, él junto con la secretaria, un poco limitada de neuronas, están descartados. Mi único sospechoso es el señor Toledano, su declaración cuidadosamente armada, poseía algunos baches. Luego el informe del cuadro presenta algunas anomalías con el original, para cerrar el hecho, diré que el cuadro aquí presente es falso, el original debe de estar en el mercado negro en este momento. La hija del ejecutivo debe de estar en alguna parte del ala norte de la ciudad, ya que el aquí presente envió a una persona a seguirme y por el lugar hacia donde se dirigió solamente se encuentran colectivos que se dirigen a ese lugar de la ciudad.
- Señores han estafado al gran salón de Grant Houter
- ¡Detengan al señor Toledano!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

urdangaray sos un desastre!!!
Ponele nombres de verdad a tus personajes, por favor.

Anónimo dijo...

Buenos dias. Quisiera aclarar para el autor Germán, que la civilización bizantina se derrumbó en el siglo XV. Me gustaría que reparen su error. Gracias.

Coordinador dijo...

Carlos, me parece que lo importante de esto es poder reconocer si el error pertenece al autor o al narrador-personaje. Porque en todo caso, si tenemos un investigador que se las cree saber todas y sin embrago yerra, ¿cómo corregirlo?
Saludos.

Anónimo dijo...

Carlos soy el autor del cuento, el dato es muy cierto, la cultura vizantina se derrumbo en el siglo xv.
el "error" no es tal, sino que yo como autor le otorgue al detective de la AID el perfecto ideolecto para poder enmarañar al personaje y descubrir su lado oculto, por llamarlo de alguna manera!!
igualmente si le queda alguna duda o sugerencia me gustaria saberlas. escribame a urdan.german@gmail.com
GRACIAS POR SU MIRADA ATENTA GERMAN URDANGARAY